martes, 4 de noviembre de 2008

Oldies but Goldies by Talona

Antes de continuar leyendo quiero aclararos que los hechos narrados en este cuento son reales si bien me he permitido recrear situaciones. Los nombres de los personajes y de los equipos son reales. Yo sólo me he limitado a imaginar qué pudo pasar allí… Es como la segunda parte de la historia del otro día acerca del Blackheath, nuestro querido The Club.


¡GRACIAS FRANCIS! Autor: Talona


Hacía frío, algo habitual para la fecha. Diciembre no es un mes en el que en Londres se pueda disfrutar del clima. Además era lunes.

La verdad, la tarde no estaba para andar por ahí, pero parece ser que por fin se podrían unificar las normas de los diferentes juegos de pelota universitarios.

Una vez acabada la temporada de críquet, apenas se podían disputar partidos de otros juegos pues cada club o escuela jugaba con sus propias normas.

Esta ya era la quinta reunión.

Francis Maude Campbell salió del pub Príncipe de Gales, a la sazón, las oficinas del Blackheath FC, o el “Club” como todo el mundo lo conocía, con dirección a Great Queen Street donde se encontraba la Freemason’s Tavern. Allí le estarían esperando los muchachos. El viaje era engorroso. Primero llegar a Charing Cross en tren y con suerte un taxi hasta el destino final.

Pero por otra parte el viaje en tren le permitiría un precioso tiempo para pensar en todo lo que se había hablado en anteriores reuniones. La mayoría de equipos estaban de acuerdo en utilizar las reglas de Cambridge, sin embargo, las de Rugby eran más completas. Iban más allá y el deporte era más recio. Pero en fin, habría que intentar convencer a los demás. Estaba concentrado en dos números; el 9 y el 10.

Al fin y al cabo, Blackheath era el club más antiguo de fútbol rugby, y por tanto habría que defender los principios que desde 1831 regulaban el juego; primero en la Escuela y después, desde 1858, en el Club.

Tampoco se trataba de que el resto de equipos aceptaran una por una las normas que el Club había establecido en 1862 para su juego, habría que encontrar la manera de unificar un código para que todos los Old Boys pudieran jugar un mismo deporte.

A su memoria venían ahora imágenes pasadas; de partidos disputados en el brezal de Blackheath, de pintas después de los partidos, de reuniones para codificar y modernizar el juego…de horas y horas viviendo el fútbol desde que comenzara a practicarlo siendo niño.

Entre cavilaciones, el tren por fin llegó a Charing Cross. Llovía. Quizás esto le retrasaría ya que las calles se tornaban peligrosas para las caballerías.

Pero de este modo también podría poner al día sus asuntos.
Mientras, pensó en los apoyos que pudiera tener en la reunión. Quizás el representante de Barnes FC podría serle útil. Hasta la fecha habían demostrado cierta inclinación por las reglas de las escuelas de Rugby. Por supuesto, el apoyo de Blackheath Propietary School se daba por descontado. Al fin y al cabo, el Club estaba formado por antiguos alumnos de la escuela.

¡Maldición! El taxi debía parar. Un carruaje había volcado en Southampton Row y no se podía continuar. Ahora debería continuar el viaje a pie. Menos mal, que no quedaba muy lejos la Tavern. Quizás para quitarse el frío, comenzó a pensar en la chimenea y en un buen whisky junto a ella. La mente no estaba para pensar en normas o en otra cosa que no fuera en llegar cuanto antes a la reunión.

Después de atravesar High Holborn sólo quedaban unos pocos metros para llegar. Cuando por fin entró en la Freemason’s allí ya estaban algunos de los “Old Boys”. Rápidamente saludó al representante de los No Names y al de los Crusaders. Después, se colocó junto a la chimenea.

Al poco tiempo ya estaban allí reunidos los catorce representantes. Nadie en ese momento podía intuir las repercusiones de lo que allí iba a suceder.

El primer punto de la reunión consistía en nombrar la junta directiva. Francis fue elegido Tesorero. El representante de los No Names de Kilburn fue elegido presidente. Una vez hechos los nombramientos y recibidas las felicitaciones, la reunión continuó.

Por un lado, el presidente Arthur Pember y el secretario Ebenezer Cobb Morley eran partidarios de las normas de Cambridge. En la primera reunión del 26 de Octubre casi todos parecían estar de acuerdo, pero el artículo 10 no gustaba a Blackheath. Este artículo hacía referencia a la prohibición expresa de golpear la rodilla del rival mientras corría (hacking).

Y además el artículo 9, no estaba exento de polémica. En él se decía que se podría jugar con las manos, al estilo de los colegios de Rugby, siempre y cuando se hiciera después de recoger el balón en el aire o tras el primer bote. Pero aún así, también había algunos representantes que no estaban muy de acuerdo con esta norma.

Francis M. Campbell estaba convencido de que la supresión de estas normas, arruinaría el juego. Anularlas atentaba contra el propio espíritu del juego.

Francis, como recién nombrado Tesorero de la FA, intentaba sacar adelante sus propuestas, pero parecía que nada iba a cambiar. El sabía que contaba con muchos apoyos, especialmente de los representantes de las universidades, pero para su desgracia, no podían estar allí pues estaban inmersos en pleno curso académico. Varias veces amenazó con abandonar la Asociación.

Cada vez pintaba peor. Incluso, para hacerles cambiar de opinión les dijo: “Si suprimimos estas normas, ¡a este juego jugarán hasta los franceses! " (sic) Daba igual. Había que intentar alguna maniobra para ganar tiempo y conseguir esos apoyos. Por tanto, en un último intento, propuso dar por finalizada la reunión y aplazarla hasta que los representantes universitarios pudieran estar presentes, pero la moción no prosperó…no quedaba más remedio, habría que abandonar la Football Association y seguir otro camino.

Francis, salió de la taberna con una sensación amarga. Había salido derrotado, pero por otro lado, sentía nuevas energías para iniciar otro camino. Estaba deseando volver a Blackheath, al pub “Prince of Wales” para relatar a sus colegas lo sucedido en Londres.

Ahora los pensamientos en el tren eran otros. Ya no debía convencer a nadie. El Club haría su propio camino con todos aquellos que quisieran seguirles. El espíritu de Rugby no iba a morir.


FIN

N del A. Francis Campbell aún no lo sabía, pero había dado el paso definitivo para la creación oficial del rugby. Aún hubo mucho que trabajar y aunque aún tardara 8 años, la escisión de la FA no fue lo traumática que pudiera parecer, nacía el Rugby Union, y eso siempre se lo deberemos agradecer.

Fue un colega suyo del Blackheath, el señor H.B Burns quién junto a Edwin Ash se dirigieron a los periódicos para hacer un llamamiento a todos aquellos que querían jugar el fútbol al modo de Rugby para organizarse. Así, en 1871 se creó la Rugby Union. Como dato curioso, decir que el hacking fue abolido en la primera reunión de la RU.

4 comentarios:

Rick 7 puntos dijo...

Muy buena Talona, una pinta por la labor de Francis y su gente de The Club y dos pintas por la frase “Si suprimimos estas normas, ¡a este juego jugarán hasta los franceses!"

Jetulio Pencas dijo...

De nuevo gracias talona, lo cierto es que este blog cada vez mola más, mi reconocimiento a todos.


Post scriptum: y los gabachos acabaron jugando a ello....¡¡vestidos de rosa!!

Anónimo dijo...

Jetulio, ya tiene sentido entonces el traje de Stade, fue cuando leyeron esa frase...han dicho: ¡pues ahora por joder, jugamos de rosa! Jajaja, si supieran que todos los vemos como raros...

La verdad es que tu visión particular es muy buena talona, me ha encantado todo lo que has escrito y como lo has hecho (aunque conocía la historia, nunca la imaginé así).

Post Data: El blog está quedando de maravilla, lástima que no tenga ahora tiempo para dedicarlo a escribir otra croniquita...que le cogí el gusto ;-)
PD: Lo del Post Data es en respuesta del Post Scriptum de Jetulio...que hoy estoy batallador ;-)

Anónimo dijo...

Talona, fantástica historia y muy bien contada. Gracias por compartirla